Paolo Prodi
Una historia de la justicia
De la pluralidad de fueros al dualismo moderno entre conciencia y derecho
notas de prensa
Proyecciones y regresiones Revista de Libros - España, 10/1/2009
"Dame una Norma que no sé qué hacer". Sobre Una Historia de la Justicia de Paolo Prodi A Parte Rei - España, 11/1/2008
título de la nota: Proyecciones y regresiones
autor de la nota: Fernando Martínez Pérez
medio: Revista de Libros - España
fecha: 10/1/2009
extracto
El texto original italiano de esta Historia de la justicia fue publicado en 2002. Un año después apareció la traducción alemana con otro subtítulo que resulta más expresivo: Del Derecho de Dios al Estado de Derecho moderno. Pues precisamente de esto último trata la obra, de una idea de la justicia que reacciona, desde la historia, a las propuestas que formula la filosofía jurídica y que tiene explícita referencia en la obra de Rawls. Es, por tanto, Historia contra Teoría, o mejor, Teoría sugerida desde una Historia propuesta como magister vitae, y formulada a partir del diagnóstico de la existencia de una "crisis" del derecho actual. Prodi afirma que el origen de esta crisis reside en que Occidente ha perdido la que secularmente fue su seña de identidad y fundamento de su civilización, a saber, la tensión y constante dialéctica entre la esfera del poder y la esfera de lo sagrado. Para dar cuenta de esta pérdida, recurre a una historia de larga duración que arranca en Grecia y llega al presente. El objeto queda claro, el tema es el de la relación entre moral (cristiana) y derecho, elucidada con una mirada conscientemente interdisciplinar.
El autor manifiesta su intención de problematizar un argumento tan ambicioso desde su oficio de historiador. En un principio, la historia que nos propone no es ni una historia de las mentalidades, ni una lectura diferente de los clásicos de la filosofía política o jurídica, ni mera historia del derecho. Es una historia institucional que critica y contrasta los supuestos de una historia de la cultura sobre los que se han construido diversas ideas y teorías de la justicia. Trata, en suma, de reducir la tremenda complejidad de las relaciones entre moral y derecho mediante el estudio de los lugares donde tradicionalmente el sujeto ha sido llamado a responder de sus acciones. En consecuencia, Prodi se pronuncia sobre el concepto de "fuero", así como sobre la génesis de la distinción entre pecado y delito. Para el historiador italiano, el elemento que confiere especificidad a la civilización occidental consiste en la configuración e institucionalización del fuero interno como lugar en el que el cristiano responde de sus acciones. Es un fuero separado pero en constante tensión con los fueros externos, seculares o eclesiásticos.
título de la nota: "Dame una Norma que no sé qué hacer". Sobre Una Historia de la Justicia de Paolo Prodi
autor de la nota: Carlos Muñoz Gutiérrez
medio: A Parte Rei - España
fecha: 11/1/2008
extracto
Acaba de aparecer en español la obra de Paolo Prodi, Una Historia de la Justicia. Una obra que me ha interesado porque pretende dar respuesta a una cuestión de nuestra más candente actualidad que me viene inquietando, incluso atormentando, desde hace algún tiempo y que por fin veo que también interesa a Paolo Prodi hasta el punto de afrontar una investigación con una gran claridad en la búsqueda de sus raíces y con profundidad de análisis para su comprensión.
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Uno tiene la sensación de que la Justicia es una cuestión de encaje. Como la sensación que experimenta el que anda haciendo un puzzle y tras buscar una pieza concreta y encontrarla, exclama ¡justo! La Justicia es lo que encaja en un alrededor que hace al conjunto armónico y estable. El conjunto de las piezas troqueladas y dispuestas en los encajes adecuados producen un todo significativo, una figura precisa que funciona como gestalt. Prodi ofrece precisamente esa imagen para el análisis del desarrollo histórico de la sociedad occidental. Y critica la operación contraria que sería troquelar las piezas para que formen un dibujo preestablecido y delimitado desde el derecho positivo dominante y aniquilador. Quizá lo legítimo, lo justo no debe buscarse más allá de las prácticas cotidianas, históricas, idiosincráticas que una comunidad ha elaborado en la medida en que aquellas prácticas mismas han conformado a ésta.
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