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Roberto Esposito

Categorías de lo impolítico


notas de prensa

Roberto Esposito, Categorías de lo impolítico.
Foro Interno vol.8 2008 - Universidad Complutense - España, 12/1/2008

Categorías de lo impolítico
El Mundo - El Cultural - España, 10/8/2007

La política desde el borde
La Capital - Rosario - Argentina, 4/22/2007

No tan apolíticos
Página/12 - Argentina, 4/15/2007

El valor de la negación
La Nación - Argentina, 4/1/2007

"Vivimos una suerte de infarto del mundo" dice Roberto Espósito
La Nación - Argentina, 1/3/2007

Categorías de lo impolítico, de Roberto Esposito
El Tribuno - Salta - Argentina, 12/10/2006

Categorías de lo impolítico
Le Monde Diplomatique - Argentina, 12/1/2006

La conciencia del poder - Entrevista con Roberto Esposito
Perfil - Argentina, 11/26/2006

Hay vida fuera de la política
La Razón - España, 11/23/2006

La política y la vida
Caras y Caretas - Argentina, 11/1/2006

"La antipolítica es un modo de hacer política"
Debate - Argentina, 10/26/2006

La política bajo la lupa de la filosofía
Télam - Argentina, 10/9/2006

La antipolítica es una política enmascarada
Página/12 - Argentina, 9/23/2006

título de la nota: Roberto Esposito, Categorías de lo impolítico.
autor de la nota: Raúl Serrano Vindel
medio: Foro Interno vol.8 2008 - Universidad Complutense - España
fecha: 12/1/2008

extracto
Si se nos pidiese que adjetivásemos con una sola palabra esta obra, sin duda el adjetivo adecuado sería sugerente. Sugerente resulta un título que no podemos evitar que nos llene de intriga al leer en él un término como impolítico. Impolítico es salirse hacia los bordes de la política para poder circunscribirla en su ámbito. No para reducirla sino para reivindicarla como algo específico, diferenciable y concreto. Para devolver la política "al corazón mismo de lo político" (p. 14). Por ello lo impolítico sale a los márgenes de la política para poder pensar sobre ella desde fuera. Es evitar que los árboles nos impidan ver el bosque. Lo impolítico es salirse del bosque para poder ver el propio bosque y reivindicarlo como tal.
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No es este un libro de pensamientos, es un libro para pensar. Nuestro autor no desarrolla una obra clásica en la cual exponga unos axiomas básicos y desarrolle un hilo argumental de forma sistemática en el cual explicite su pensamiento. La obra de Esposito es una constante contraposición de autores de carácter hermenéutica. Muestra a la luz ideas de unos y otros. Ideas que acaricia y retuerce, que interpreta en sus distintas formas. Ideas que contrapone o que ayunta haciédolas confluir. De esta manera guía al lector por la senda del pensamiento.
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Es un libro que regresará a nuestra memoria cada vez que nos asalte la preocupación por la política, que deberá ser recuperado de la estantería para volver a ser leído y releído a medida que cambie nuestra visión sobre ella.
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Un libro que nos hace viajar por la metafísica de la política, que nos lleva hasta su carácter ontológico y nos hace cuestionarnos sus fundamentos. Más en una época como la actual, cuando una endiosada técnica limita la visión de la política a reformas de ingeniería de la política ya existente. Este es un texto que todo aquel que esté interesado por la política no se arrepentirá de leer.

título de la nota: Categorías de lo impolítico
autor de la nota: Patxi Lanceros
medio: El Mundo - El Cultural - España
fecha: 10/8/2007

extracto
La perspectiva de Roberto Esposito (Nápoles, 1950), que muestra en Categorías de lo impolítico tanto su programa como sus mejores argumentos y sus bases doctrinales, es una muestra, no menor, de un espíritu del tiempo, que se fue consolidando en la modernidad tardía y que a lo largo del mentado siglo XX ha ido dejando rastros que tal vez hoy se puedan proponer como teoría.
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Pues no se trata de una huida de lo político o de un rechazo. No se trata de deleitarse en los presuntos placeres (y horrores) de la privacidad. Tampoco de abandonar lo político por superación. Lo impolítico, que más bien merecería el nombre de "ultrapolítico", es la franja que queda entre el aseguramiento, letal, que pretende la teología política y el desierto imposible que augura la despolitización. Lo impolítico, cuya esencia persigue Esposito, es esa franja inestable que ha conquistado un realismo desencantado a partir de las experiencias traumáticas de y en los límites.

título de la nota: La política desde el borde
autor de la nota: Federico Donner
medio: La Capital - Rosario - Argentina
fecha: 4/22/2007

extracto
Categorías de lo impolítico constituye, entonces, una apuesta para pensar lo político desde su borde exterior. No negándolo ni oponiéndosele, sino trascendiéndolo desde su interior (mejor dicho, en su interior). Y es porque lo impolítico, lejos de ser apolítico, lo denuncia, denuncia la despolitización que está ya implícita en lo político. Lo impolítico no sólo no se opone a lo político, sino que ocupa su mismo espacio, coincide con él, no lo niega. Lo impolítico es la afirmación máxima de la política: sostiene que no hay otra política que la política, que no hay otro poder que el poder, otra fuerza que la fuerza. En otras palabras: la actitud impolítica desconecta, a la luz de las palabras de Benjamin, poder y bien.

título de la nota: No tan apolíticos
autor de la nota: Mariano Dorr
medio: Página/12 - Argentina
fecha: 4/15/2007

extracto
Roberto Esposito es un referente de la filosofía actual. Pensador del poder del Estado y la vida en comunidad, ofrece aquí un arduo pero ineludible rodeo entre la política, la impolítica y la antipolítica después de Heidegger y Niertzsche.

título de la nota: El valor de la negación
autor de la nota: Gustavo Santiago
medio: La Nación - Argentina
fecha: 4/1/2007

extracto
Cuando un nuevo concepto hace su aparición en el campo de la filosofía, suele despertar sospechas. ¿Enriquece de modo auténtico el vocabulario filosófico? ¿Abre nuevos espacios de discusión e investigación? ¿O no es más que un intento por parte de quienes lo sostienen de crear una jerga propia que les permita ganar posiciones dentro de su campo de trabajo?
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La lectura de Categorías de lo impolítico no deja dudas en relación con las preguntas planteadas más arriba: toda una vasta zona de problemas recibe, a partir de la consideración desde lo impolítico, nuevas posibilidades de ser pensada. Por otra parte, en lo que al itinerario filosófico de Esposito se refiere, este texto -especialmente el último capítulo, en el que se desarrolla la noción de "imposible comunidad" de Bataille-, resulta indispensable para aproximarse a los trabajos que lo han hecho conocido en el ámbito de la filosofía política mundial: la trilogía conformada por Communitas, Inmunitas y Bios.

título de la nota: "Vivimos una suerte de infarto del mundo" dice Roberto Espósito
autor de la nota: Verónica Chiaravalli
medio: La Nación - Argentina
fecha: 1/3/2007

extracto
- ¿Podría definir la biopolítica?
- Biopolítica es la implicación, el entrelazamiento cada vez más fuerte entre poder político y vida biológica. Esta relación entre poder y vida existió siempre, pero se ha intensificado porque ha caído la mediación que antes existía entre política y vida, constituida por las grandes instituciones representativas. La idea de orden, de derecho, de soberanía nacional, todo esto, en el mundo global, tiende a caer, y política y vida se funden en una sola cosa. Esto puede tener un efecto negativo, como lo tuvo sobre todo durante el nazismo, y puede tener potencialmente un efecto positivo. Por un lado, está el mundo de la política, donde varios actores se enfrentan en la lucha por el poder. Visto que ésta es la política, la política es un hecho, pero no puede ser considerada un valor ni un bien en sí. Y un bien no es representable políticamente, porque la política es conflicto por el poder. El conflicto parte de esta condición, pero, por otra parte -y ésta es la parte un poco más complicada-, ese mundo de la política como lucha por el poder deja traslucir, también, otra imagen, que no está realizada en el mundo, pero que podría estarlo, en la cual la política podría ser otra cosa en relación con el bien, con los valores. No es así, pero la mirada impolítica busca ver este otro elemento que no está ahora a la luz, aquella posibilidad nunca realizada.
***
- ¿La política es inevitable?
- Sí, no es imaginable un mundo sin política.
- ¿No es imaginable, pero sería deseable?
- No, porque un mundo sin política debería ser un mundo completamente unificado. Un mundo dentro de una única voluntad general, como decía Rousseau. Pero eso no es posible ni deseable. Que haya diversidad y competencia -no digo conflicto- entre fuerzas diferentes es un hecho positivo.

título de la nota: Categorías de lo impolítico, de Roberto Esposito
autor de la nota: Roberto Acebo
medio: El Tribuno - Salta - Argentina
fecha: 12/10/2006

extracto
Categorías de lo impolítico fue publicado en 1988. Hay una reedición, también en italiano, en 1999. Hace un par de meses Katz Editores lo editó en castellano. Lo cierto es que hoy podemos leer en nuestro idioma el libro del filósofo italiano Roberto Esposito. Y sigue diciendo mucho para entender lo que ocurre en estos tiempos en este Occidente. Tres instancias puntuales de diálogo que habilitan lecturas de los últimos veinte años: este 2006 cargado, en América Latina, de movimientos sociales haciendo política de modo muy diferente al practicado por los profesionales de la década del '90, esa larga década revisada en el prefacio de la edición del '98; y aquel '88 que iniciaba la oleada neoliberal son fuertes índices de reflexión.
***
Acaso el juego que plantea Esposito volviendo sobre Simone Weil, Georges Bataille, Hannah Arendt, Herman Broch -pensadores que el filósofo italiano coloca en el lugar impreciso de lo impolítico- intenta un nuevo bucle entre la teología política (sin alusiones directas a Leo Strauss) y la representación-delegación de la soberanía en la modernidad.

título de la nota: Categorías de lo impolítico
autor de la nota: Osvaldo Gallone
medio: Le Monde Diplomatique - Argentina
fecha: 12/1/2006

extracto
Lo impolítico se rebelaría contra un signo de los tiempos que anuncian (o, en ocasiones, celebran) la muerte de las ideologías: la conjunción de despolitización y teología, técnica y valor, de nihilismo y apología. Pero es probable que la conceptualización de Espósito se clarifique en los autores que estudia y toma como paradigmas.
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... afirma Esposito, la política no puede sino ser nombrada en negativo, como aquello de lo que se siente la exigencia pero que ya no es posible representar positivamente.
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Acaso quepa añadir, con todo, que esa irrepresentabilidad que Esposito observa en ciertos momentos del desarrollo político no es exclusiva de esta esfera, ni el resto inexpresado y envuelto en silencio es excluyente del poder. En tanto y en cuanto que el duro núcleo que sostiene al lenguaje en su constitución es, precisamente, un núcleo de inefabilidad, el cual contiene, pero también trasciende, el ámbito político.

título de la nota: La conciencia del poder - Entrevista con Roberto Esposito
autor de la nota: Pablo E. Chacón
medio: Perfil - Argentina
fecha: 11/26/2006

extracto
... Es difícil pensar a Kirchner sin Duhalde antes.
- Encargado, además, de reprimir la protesta social.
- Bueno, usted me da pie para entrar en uno de los temas sobre los cuales vine a exponer, la impolítica, que se suele entender mal, como si fuera lo contrario de la política, y es exactamente al revés. Ya he dicho que la antipolítica es la máscara de otra política pero nada de eso tributa en la impolítica, que apunta a subrayar precisamente que no hay modo de salir de la política en un universo que es político, el nuestro, y que las revoluciones copernicanas instalan, siempre, de nuevo, política. La impolítica es un intento de deconstrucción de las categorías de la política clásica (representación, sociedad estamental, civil, delegación). Sociedad civil y representación política están enlazadas al punto que la impolítica es impensable fuera de ese universo, pero no es una categoría operativa. Es un concepto que deriva de la idea de poder, en el sentido de Elias Canetti. Para Canetti, el poder, y no la política, es el dato antropológico de toda comunidad.
- Es decir, no hay forma de escapar al poder.
- Yo no soy un político ni un especialista en el arte de la fuga, pero lo que dicen Canetti y (Georges) Bataille es que la resistencia al poder no puede plantearse como tal si no se tiene claro que al poder no se resiste; se resiste a la burocracia, a la política, a la injusticia, para instalar, en el mejor de los casos, otra forma de poder. La conciencia de que el poder existe parece obvia, pero no es nada obvia. Esa conciencia es también una resistencia, un inmaterial en la materia dura del poder.

título de la nota: Hay vida fuera de la política
autor de la nota: Germán Cano
medio: La Razón - España
fecha: 11/23/2006

extracto
En el concepto de "impolítico" se encierran las claves del descontento popular ante los partidos políticos tradicionales. El filósofo italiano Roberto Esposito propone una nueva manera de oposición al poder más allá del lenguaje político más estéril.
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Puede que esta antigua y hoy tan visitada mención a lo impolítico manniano como recurso a otra forma de hacer y entender la política venga a la memoria una vez que nos acercamos a este magnífico ensayo de Roberto Esposito (Nápoles, 1955). Aunque habría que hacer algunas y decisivas matizaciones. La primera, que el libro no aboga por ninguna posición de corte aristocráticamente apolítico o, mucho menos, antipolítico. Todo lo contrario. Una agudización de la crisis de la política ha desarrollado el concepto de impolítico: el descontento popular respecto a los partidos tradicionales, la omnipresencia de leyes de excepción que atentan contra las libertades civiles, la subordinación oportunista de las decisiones políticas a la economía y la tecnología o la despolitización de amplias franjas de la población.
A la vista de esta desorientación, Esposito considera que este lenguaje ha perdido toda referencia a la realidad y que sus palabras son monedas sin valor gastadas por el uso.
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Siguiendo un heterodoxo recorrido por figuras marginales de la filosofía tradicional y, no digamos, de la propia herencia politológica -desde Romano Guardini y Carl Schmitt a Georges Bataille pasando por Elias Canetti, Hermann Broch o Simone Weil- Esposito propone una brillantísima genealogía de algunos de nuestros conceptos políticos, una extraordinaria trama conceptual que a su vez arroja una original luz sobre aspectos olvidados de la idea de comunidad: ésta nada tiene que ver ya con la idea romántica (Herder) de la pequeña nación. El espacio político no es una propiedad, un contenedor pleno, un territorio que se debe defender a toda costa de los "apestados" que no lo integran, sino un enorme vacío, esto es, una deuda, un don (estos son los significados de "munus" que desarrollará Esposito en obras siguientes) hacia los otros que nos remite también a nuestra constitutiva alteridad respecto a nuestra propia identidad.
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Protección y producción. Pese a ser escrita en el año 1988, nada testimonia mejor la actualidad de Categorías de lo impolítico que su continua presencia en los actuales debates sobre el nuevo comunitarismo.

título de la nota: La política y la vida
autor de la nota: Gustavo Baiman
medio: Caras y Caretas - Argentina
fecha: 11/1/2006

extracto
El lenguaje político, para Espósito, no alcanza para interpretar los hechos de la realidad de hoy. "El mundo cambió y no es posible pensarlo con las categorías del 1600 como libertad, representación, derecho, y tampoco se lo puede pensar sólo con las categorías que existían antes de la Segunda Guerra, como liberalismo o comunismo". En cuanto a la filosofía, el planteo es que se acabó la práctica autorreferencial: "La filosofía no puede ser una reflexión sobre los propios conceptos internos, tiene que estar hacia el afuera, es un pensamiento del mundo".

título de la nota: "La antipolítica es un modo de hacer política"
autor de la nota: Verónica Gago
medio: Debate - Argentina
fecha: 10/26/2006

extracto
Los libros recién editados completan la constelación conceptual de Espósito en un camino que va desde el desarrollo negativo de lo "impolítico" -una forma de nombrar la radicalización de la política y las formas de pensarla a partir de la obra de ciertos autores y sus biografías- hasta el análisis reciente de la "biopolítica", es decir, el momento en que la vida biológica se politiza y la política se concentra en el problema de cómo conservar la vida, pero también en cómo producir nuevos modos de vida.
- Usted sostiene que las categorías modernas están agotadas para pensar la política actual, y, al mismo tiempo, intenta dejar claro que este agotamiento no se debe al "fin de la política". ¿En qué consiste el proyecto teórico de lo "impolítico"?
- La crisis de las categorías políticas tradicionales, su vaciamiento, es una cosa diferente a la política misma.
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Pero la categoría de "impolítico" no tiene nada que ver con un comportamiento "apolítico" o "antipolítico" porque lo impolítico presupone la existencia de la política, del poder y del conflicto. Lo impolítico simplemente considera la política desde su límite externo. No es imaginable que la política pueda terminar o que pueda existir un mundo sin política.
- ¿Qué rasgos de la coyuntura cree que hicieron que su libro Categorías de lo impolítico se vinculara a lo "antipolítico"?
- Sobre el plano cultural, ha sido importante el libro de Thomas Mann sobre lo antipolítico (Consideraciones de un apolítico): allí Mann contrapone a la política otra esfera de valor no política. Personalmente he usado la categoría de impolítico de un modo diverso. Lo impolítico para mí supone que existe un único mundo y que puede verse tanto desde su interior o, por el contrario, intentar hacerlo desde su límite exterior. Esta es la diferencia entre una perspectiva que hace apología del mundo del poder o, en cambio, la posibilidad de una perspctiva oblicua, transversal, que no se identifica con el poder. En la coyuntura actual, sin embargo, la antipolítica es una realidad. En Italia, por ejemplo, creo que los que hablan de la antipolítica hacen igualmente política. La antipolítica es un modo de hacer política y corresponde, en general, a un comportamiento populista, pero con el populismo también se hace política. La antipolítica es un modo interno a la política actual. En cambio, lo impolítico es todo aquello que se pone por fuera.

título de la nota: La política bajo la lupa de la filosofía
autor de la nota:
medio: Télam - Argentina
fecha: 10/9/2006

extracto
En Categorías de lo impolítico, el filósofo italiano Roberto Espósito somete los conceptos políticos de la modernidad a una deconstrucción intensa, comparable a la que emprendió Martin Heidegger con las categorías de la tradición filosófica o Friedrich Nietzsche con las ideas morales.
Desde hace algunos años, la filosofía italiana ocupa un sitio privilegiado en los debates contemporáneos, un rol que se puede atribuir sin duda a la fecundidad de sus pensadores políticos: en esa línea se inscribe la obra de Espósito, que retoma una característica dominante de su tradición de pensamiento.

título de la nota: La antipolítica es una política enmascarada
autor de la nota: Silvina Friera
medio: Página/12 - Argentina
fecha: 9/23/2006

extracto
El prestigioso pensador napolitano, de visita en Buenos Aires, reflexiona sobre los temas que aborda en sus nuevos libros publicados aquí: Bíos y Categorías de lo impolítico. También marca afinidades y diferencias con sus coterráneos Gianni Vattimo, Giorgio Agamben y Toni Negri.
***
La avanzada de la filosofía italiana continúa. ¿Es la moda del momento? Al menos eso parece. Hace unos meses estuvo Gianni Vattimo; el año pasado, Giorgio Agamben, Toni Negri ya vino un par de veces y ahora acaba de llegar Roberto Esposito, quien brindará dos conferencias: el próximo lunes a las 19 en la Biblioteca Nacional y el próximo miércoles a las 18 en el Malba, organizadas por la Universidad Nacional de San Martín y el Instituto Italiano de Cultura. Su visita coincide con la publicación de dos libros, Bíos (Amorrortu) y Categorías de lo impolítico (Katz). El filósofo napolitano es un caballero tímido, amable, de mirada huidiza, que brilla cuando se le menciona el nombre de Diego Armando Maradona. "Prometo aprender la lengua la próxima vez", se excusa. "La filosofía contemporánea está en una especie de giro; es lo que Deleuze llamaría un pliegue, en el sentido de que se acabó un determinado modo de practicar la filosofía que es autorreferencial. Su fuerza y su sentido está en su capacidad de salir de sí misma, de dirigirse a la exterioridad, es decir cruzarse con la vida contemporánea, con sus experiencias, con sus lenguajes y con sus prácticas", señala Esposito en una charla informal con su colega argentino Edgardo Castro, en la Universidad de San Martín.
"Deleuze dice que hoy si el filósofo quiere continuar siendo filósofo debe tener un horizonte. La biopolítica es un horizonte hacia donde se dirige la filosofía. La vida para la filosofía no es sólo un objeto, sino que es la misma filosofía salida fuera de sí", subraya Esposito en la entrevista con Página/12. "Cuando decimos que la filosofía es mundana, que es del mundo y de la mundialización, lo que queremos decir es que el objeto de la filosofía está en su afuera, como decían Foucault, Blanchot y Deleuze. El objeto de la filosofía es nuestro cuerpo, nuestro lenguaje, nuestra mente y el mundo contemporáneo." La obra de Esposito podría sintetizarse en dos etapas. En la primera, el filósofo napolitano se consagró a la deconstrucción de todos los elementos de la teoría política clásica, suministrados por Hobbes, Rousseau, Kant, Arendt, George Bataille y Simon Weil. En la segunda -en rigor una expansión y al mismo tiempo ajuste de esta deconstrucción-, Esposito pega un salto más allá y lleva su hermenéutica al terreno de las nociones que discute la filosofía política actual, como las de comunidad (que tendría su origen en la obligación de un don) y la de biopolítica (que hace referencia al proceso de politización de la vida biológica).
El concepto contrario a comunidad sería el de inmunidad. "Ser inmunes es no estar obligados al don", plantea Castro. "El problema de la política está en cómo balanceamos la obligación del don y el no estar obligado a ese don -afirma Castro-. Ninguna comunidad finalmente puede realizarse en su sentido pleno." A partir de este camino de la inmunidad, Esposito se introduce en la biopolítica. Uno de los grandes problemas que plantea esta noción es exactamente de qué estamos hablando: si de la politización biológica de la vida del individuo, si de la politización de la vida biológica de la población o de la especie. La cronología de la biopolítica no es un problema menor. La inmunidad como mecanismo sirve para entender por qué se pasa de una política afirmativa a una política negativa de la vida. En Categorías de lo impolítico, el filósofo italiano parte de una comprobación: el léxico tradicional de la política occidental ya no es apropiado para definir los hechos de la realidad porque las palabras, los conceptos, las categorías con las cuales fue pensada la política excluyen el costado de lo "impensado" e "inexpresable".
***
- Usted señala que lo impolítico no sería una categoría "sino uno de esos manás filosóficos a los que uno puede aferrarse en los no raros momentos de desesperación conceptual". ¿Esta desesperación es privativa del agotamiento del léxico tradicional de la política occidental o es más amplia?
- Esta desconfianza, esta dificultad de entender, antes incluso que de actuar, que connota nuestro tiempo no es solamente un fenómeno lingüístico o conceptual. La crisis de sentido del léxico político tradicional, su incapacidad de representar la situación contemporánea, es el resultado de una derivación objetiva, de un vasto proceso de despolitización que deja a la economía, a la técnica e incluso a la guerra la tarea de ordenar el mundo siguiendo líneas cada vez más asimétricas.
- Usted observa que en la ausencia -lo inexpresado, lo impensando, lo olvidado- se recoge para Canetti lo impolítico. Su opción por la deconstrucción de los conceptos políticos de la modernidad, entre otros el poder, ¿es necesaria pero no es suficiente?
- No es que la deconstrucción de los conceptos políticos modernos sea para Canetti insuficiente. El la considera ante todo imposible. Tampoco cree en la posibilidad de construir una alternativa real al poder. Para Canetti toda figura o forma de antipoder es un derivado del poder mismo o, en todo caso, tiende a convertirse de nuevo en poder aquello a lo que pretendía oponerse. La única historia posible, destinada a convertirse en realidad, es la del poder. Este, para él, es una condición que no está atada a las circunstancias o a los contextos particulares, sino un dato antropológico constante. Lo que queda, como tácita forma de resistencia, es la conciencia de todo esto y la luz que esta conciencia introduce en lo real. Esta luz inmaterial es para él lo impolítico.
- Usted advierte que lo impolítico no es una actitud apolítica o antipolítica. ¿Cuáles serían las diferencias centrales entre estos conceptos?
- La diferencia es fundamental, porque la posición apolítica o antipolítica están dialécticamente ligadas a la política, aunque lo estén en forma de privación y de contraste. En particular, la antipolítica, basándose también en la categoría de conflicto, es una política enmascarada, un modo de hacer política mediante la devaluación de la política misma. No por azar todas las muestras de antipolítica siempre, antes o después, han "descendido al campo". Lo impolítico, en cambio, no opone un valor externo a la política, sabe que no existe en el mundo una dimensión diferente de aquella definida por las relaciones de fuerza. Pero, al mismo tiempo, no hace de ello la apología, mantiene una reserva radical respecto de esta realidad. En esto, a diferencia de la irresponsabilidad de la actitud apolítica, reside su específica responsabilidad.
- Arendt se refería al carácter neutralizador de la modernidad por un exceso de política. Cuando en el lenguaje de la política occidental se habla de la apatía de los ciudadanos, ¿se alude a la negación de la representatividad o al exceso de política?
- No diría que Arendt hable de un exceso de política, sino, más bien, de la transformación de la política en sentido burocrático y monístico. Y esto, para ella, niega las características originarias de la política, a saber, la pluralidad en la acción y en el discurso. Creo que la apatía política nace esencialmente de la sumisión de la política a la esfera de la economía y de la técnica, pero también, al menos en Estados Unidos, al aparato militar. En el momento en que nos atamos a compatibilidades económicas fijas y aceptadas por todos, la dialéctica política pierde sentido y relieve. No por azar, en los países democráticos, los programas de partidos opuestos se parecen.
"La economía es una de las formas de inmunidad de nuestra sociedad porque tiende a sacar el conflicto fuera de la política", agrega Esposito. "Estoy de acuerdo con Negri cuando afirma que el político tiene que liberarse del dominio de la economía. El problema político es la articulación entre política, economía y técnica, y por otro lado política y sistema militar. Pero no creo que hoy la política pueda encontrar en sí misma la fuerza para liberarse de la economía, de la técnica e incluso de la guerra."
- Romano Guardini restituye el sentido más rico del catolicismo político, a través de una concepción afirmativa del poder. ¿Qué relación podría establecer entre esta restitución de un sentido positivo del poder con la biopolítica afirmativa, que está implícita en Foucault?
- Me parecen dos horizontes discursivos muy diferentes. Guardini parte de una concepción teológica y humanística del poder: el poder como algo que nos ha sido dado por Dios, para que lo usemos de acuerdo con determinados valores. Para él, los sujetos, Dios y los hombres, preceden al poder. Foucault invierte esta lógica: no son los hombres los que emplean el poder, sino que es el poder, su distribución, sus estrategias, sus dinámicas, el que produce los sujetos; sometiéndolos, pero también haciéndolos capaces de resistirle.
- ¿Cómo se conecta la categoría de inmunidad con la de lo impolítico? ¿Sería Hobbes el que las une a partir de la relación entre representado-representante?
- La categoría que más corresponde al horizonte de lo impolítico es la de comunidad, en el sentido que le doy a este término, es decir, entendiéndola como un centro vacío, como una donación sin nada a cambio. Típicamente impolítica, desde este punto de vista, es la formulación de Bataille de una "comunidad de los que no tienen comunidad". La inmunidad es el reverso de la comunidad, y, por ello, también de lo impolítico, porque es un aparato defensivo de la misma identidad, como lo hace notar Hobbes, su primer gran teórico. La inmunidad constituye, incluso, una forma de despolitización que no tiene nada que ver con lo impolítico.
- Su propuesta no es "pensar la vida en función de la política, sino pensar la política en la forma misma de la vida". ¿De qué modo la filosofía puede actuar efectivamente sobre la política?
- La filosofía no puede modificar directamente la política. No es ésta, por lo demás, su tarea. Puede, en cambio, construir conceptos, como dijo Deleuze, adecuados a los acontecimientos que nos tocan y a veces nos arrollan. El concepto de biopolítica es uno de ellos. La categoría de vida, si es asumida en toda su complejidad, es decir, en la pluralidad de sus manifestaciones y en la radicalidad de sus transformaciones, puede constituir una referencia, simbólica y normativa, importante para el actuar político. No soy un hombre político, no creo que la tarea del filósofo sea la de suministrar programas políticos.
- En los últimos años, a partir del intento de una interrogación radical del presente, aunque desde diferentes perspectivas, varios filósofos han analizado distintos aspectos del catolicismo político y de la teología política: Zizek, Agamben, Vattimo y usted. ¿Cómo explicaría este fenómeno de recuperación?
- La política, como también el derecho, absorbe muchas categorías del ámbito teológico, desde la de soberanía hasta la de cuerpo político. Luego, en la estación moderna, la política se emancipa de sus raíces teológicas, según lo que se define como proceso de secularización. Ahora bien, es natural que cuando la gran construcción teórica constituida por la modernidad entra en crisis, vuelva a manifestarse aquella antigua raíz teológica que lo moderno había sustraído. Naturalmente, esto no quiere decir que la teoría regrese a una forma premoderna. Al contrario, todos los resurgimientos religiosos, desde el fundamentalismo a las nuevas "teologías políticas", deben ser leídos como fenómenos internos de la misma secularización.

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