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Montserrat Herrero

Ficciones políticas

El eco de Thomas Hobbes en el ocaso de la modernidad


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Prólogo

¿Por qué investigar sobre qué queda de la herencia política de T. Hobbes en nuestro presente? Por un lado, para hacernos conscientes de cuán poco nos hemos liberado de las garras conceptuales de su temible Leviatán, del monstruo marino, que toma el nombre mítico de uno de los libros sapienciales de la Biblia, el Libro de Job, en su capítulo 41. En los últimos versos de ese capítulo se dice en forma poética: "No hay otro igual sobre la tierra, creado para no tener a nadie miedo. A los más arrogantes planta cara, es el rey de los animales más feroces". Por otro, para ahondar en la significación cruel de la antropología materialista del filósofo inglés, no lejana a las interpretaciones de lo humano de la filosofía contemporánea.
Frente a la figura del Leviatán, que simboliza la construcción del orden y la paz, está la de Behemoth, que representa la guerra civil confesional, es decir, el conflicto violento por las razones más profundas. Dos monstruos que combaten: de un lado, el control del poder fáctico; del otro, la disidencia. Podría parecer que una vez constituido el monopolio de poder soberano que representa el Leviatán, nada pudiera hacerlo caer. No parece haber un más allá del Estado. Sin embargo, Hobbes indica que el Leviatán, a pesar de toda su potencia y ferocidad, es mortal, está sujeto a la decadencia, igual que las demás criaturas de la Tierra.
No obstante, el Estado moderno sigue en pie; cierto que con muchos cambios y adaptaciones a las nuevas circunstancias. Se muestra hoy con un rostro menos feroz que aquel diseñado por Hobbes, aunque no menos dañino. Está sostenido en los mismos presupuestos que el viejo monstruo: una antropología materialista, un concepto negativo de libertad, un contrato entre enemigos potenciales en el origen de la comunidad política, la contención del terror y la violencia como fin de la política, la imposibilidad de un orden internacional de cuño universalista y una idea de razón pública como argumento legitimador del poder político.
Este libro pretende en primer lugar captar la originalidad de la teoría hobbesiana sobre lo político, pero sobre todo, analizar la proyección de los presupuestos hobbesianos en algunas de las cuestiones filosófico-políticas contemporáneas con el fin de abrir espacios de claridad desde los cuales sea posible elaborar nuevas respuestas a las encrucijadas políticas de nuestro tiempo.
El eco de las palabras del filósofo inglés sigue resonando en la argumentación política contemporánea. De ahí el interés por clarificar y comprender las tesis que él trazó con firmeza. La interpretación de sus posiciones ha sido contrastada en este libro con la discusión bibliográfica, que es muy amplia y no deja de aumentar. El libro dialoga, además, con autores del siglo XX que de un modo u otro no han dejado permanecer definitivamente al filósofo de Mamelsbury en el pasado. No se trata de pura erudición, sino en último término de abordar la comprensión del fenómeno político por algunos de sus flancos.
El libro es resultado de varios años de reflexión y docencia sobre el pensamiento de Hobbes. Por esa razón, algunas de las ideas que aquí se exponen por extenso fueron esbozadas en pequeños artículos publicados en diferentes lugares, que aparecen citados en la bibliografía.

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