Edith Grossman
Por qué la traducción importa
fragmento
Prefacio
En 2007 la profesora María Rosa Menocal me invitó a la Universidad de Yale para inaugurar una serie de conferencias anuales auspiciadas por el Whitney Center para las Humanidades. El título general de la serie iba a ser "Por qué X importa", y la X dependía del campo o el área de especialización de la persona que diera las conferencias. En mi caso, como es natural, esa temible incógnita era la traducción.
Acepté de inmediato. Siempre he disfrutado de mis visitas a Yale y de la oportunidad de hablar a los estudiantes inteligentes y entusiastas y al empeñoso cuerpo de profesores que conocí allí. Por otra parte, invariablemente me da un gran placer hablar sobre traducción, en todo tipo de entorno, formal e informal, casual y académico.
La introducción y los dos primeros capítulos del libro se basan en tres charlas que di en el Whitney Center en la primavera de 2008. El capítulo final, "Traducir poesía", fue escrito especialmente para este volumen. Estaba inspirado en un trabajo que había realizado recientemente y en otro que estaba por comenzar: la selección de poemas del Renacimiento que había traducido unos años antes para Norton, que fue publicada en 2006 en The Golden Age: Poems of the Spanish Renaissance (El Siglo de Oro: Poemas del Renacimiento Español), y, bajo los auspicios de la Fundación Guggenheim, el importante proyecto de traducción -las Soledades de Luis de Góngora- que ocuparía la mayor parte de mi tiempo en 2009. Había discutido con frecuencia los temas implicados en la traducción de narrativa, pero preparar este libro parecía el momento perfecto para empezar a encarar la cuestión aun más problemática de cómo se traslada un poema de un idioma a otro.
Espero que la lectura de estos ensayos inspire a otros modos de pensar y hablar sobre la traducción. Mi intención es estimular una consideración nueva de un área de la literatura que demasiado a menudo es ignorada, incomprendida o tergiversada. A medida que el mundo parece hacerse más pequeño y más interdependiente e interconectado, mientras que al mismo tiempo las naciones y los pueblos se vuelven paradójicamente cada vez más antagónicos entre sí, la traducción tiene una importante función que cumplir que, según creo, debe ser apreciada y alimentada. La traducción no sólo juega su importante papel tradicional como el medio que nos permite acceder a la literatura escrita originalmente en uno de los incontables idiomas que no podemos leer, sino que representa además una presencia literaria concreta con la capacidad crucial de facilitar y hacer más significativa nuestra relación con quienes podemos no haber tenido contacto antes. La traducción siempre nos ayuda a saber, a ver desde un ángulo distinto, a atribuir nuevo valor a lo que una vez puede haber sido desconocido. Como naciones y como individuos, tenemos una necesidad crítica de este tipo de comprensión y penetración. La alternativa es impensable.
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