Martha C. Nussbaum
Libertad de conciencia: el ataque a la igualdad de respeto
+ "Vivir en democracia implica respetar el derecho de las personas a elegir estilos de vida con los que no estoy de acuerdo" (entrevista de D. Gamper Sachse)
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Libertad de conciencia: el ataque a la igualdad de respeto
"Sus Señorías quieren la libertad de Conciencia pero, desgraciadamente, sólo para sí (el gran Dios Yo), sólo para sus Señorías."
Roger Williams, carta a los gobernadores de Massachusetts y Connecticut (1670)
I. Igualdad de libertad de conciencia
Cada año, en el Día de Acción de Gracias, miles de pequeños niños estadounidenses se visten como los Padres Peregrinos. Con ademán grave, ataviados con altos sombreros y zapatos con hebilla, o con cofias almidonadas y delantal, representan orgullosamente la historia de un grupo de valientes colonos que, huyendo de la persecución religiosa en Europa, emprendieron un peligroso viaje a través del océano y se enfrentaron a las duras condiciones del invierno en Massachusetts con el fin de poder adorar a Dios en libertad y a su propia manera. Los que sobrevivieron al viaje lo festejaron con los habitantes nativos y dieron gracias a Dios.
Los ciudadanos estadounidenses atesoran y celebran esta historia, pero rara vez reflexionan sobre su sentido real: que la libertad religiosa es muy importante para las personas y que a menudo se halla distribuida de forma desigual. La mayoría dominante en Inglaterra no tuvo que correr riesgos para adorar a Dios de acuerdo con su conciencia. Establecieron una ortodoxia y una iglesia oficial que los favorecía a ellos y subordinaba a otros. En la Inglaterra de la que huyeron los Padres Peregrinos, las personas no eran ciudadanos iguales, porque el gobierno bajo el que vivían no respetaba sus derechos de un modo igualitario. Si bien los Peregrinos no fueron expulsados de Inglaterra como anteriormente lo habían sido los judíos, vivían en condiciones de subordinación. Se les había negado algo muy valioso, y fue con la intención de recuperar ese espacio, tanto de libertad como de igualdad, que cruzaron el océano en tres pequeñas naves.
Es fácil olvidar la lección de la primera Acción de Gracias. De hecho, la olvidaron los mismos colonos, que instauraron su propia ortodoxia represiva de la que, a su vez, otros huyeron. Hay personas que gustan de los clubes exclusivos y de las ortodoxias que las sitúan por encima de los demás. Los ancestros de mi madre desembarcaron en el Mayflower, y algunos de mis parientes están obsesionados con una genealogía triunfalista que afiance la evidencia de que pertenecieron a la exclusiva y socialmente prominente Sociedad del Mayflower, pero otros no sienten lo mismo. Siglos después, la búsqueda de la libertad de los Peregrinos se ha convertido en la búsqueda de superioridad por parte de una élite de estadounidenses. La tolerancia religiosa no gozó de buena salud entre los descendientes de los Peregrinos, como lo prueba la exclusión de judíos y católicos romanos de las escuelas privadas locales, los clubes de campo, los bufetes de abogados y los eventos sociales prestigiosos. Cuando más tarde me casé con un judío y me convertí al judaísmo, los descendientes de los Peregrinos no aplaudieron mi elección de vivir de acuerdo con mi conciencia.
A las personas les encantan las camarillas que otorgan a sus miembros derechos especiales. A los seres humanos les resulta difícil sostener la igualdad y el respeto por la igualdad.
Especialmente en el tema de la religión, que parece tan vital para la salvación de los individuos y para la salud de la nación, es muy tentador pensar que la ortodoxia es buena y que aquellos que no la aceptan son unos peligrosos subversivos. Cuando las personas sienten miedo o inseguridad, cuando su nación se enfrenta a una amenaza económica o política inusual, el respeto por la igualdad resulta todavía más difícil de mantener y el consuelo de una ortodoxia se vuelve todavía más atrayente.
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