sobre el autor |
Axel HonnethReconocimiento y menosprecio. Sobre la fundamentación normativa de una teoría social+ "La lucha por el reconocimiento debe ser considerada un fenómeno claramente diferenciado de naturaleza moral, así como una acción social" (entrevista de D. Gamper Sachse) fragmentoReconocimiento y menosprecioQuien haya seguido detenidamente la evolución de la filosofía política a lo largo de los últimos años, habrá sido testigo de uno de esos procesos teóricos en los cuales las modificaciones en los conceptos centrales comportan a su vez cambios graduales en las orientaciones normativas. Hasta fines de la década de 1980, la hegemonía del marxismo en Europa y la amplia repercusión de Rawls en los Estados Unidos fueron responsables del carácter incuestionable del principio conductor de una teoría normativa del orden político. A pesar de las diferencias en cuestiones concretas, había unanimidad acerca de la necesidad de eliminar aquellas desigualdades sociales o económicas que no fuera posible justificar con argumentos razonables. Desde hace algún tiempo, el lugar de esta influyente idea de justicia, que desde el punto de vista político puede entenderse como expresión de la era socialdemócrata, parece ocuparlo una nueva visión que, en un principio, resulta políticamente mucho menos clara: el objetivo normativo parece no ser ya la eliminación de la desigualdad, sino la prevención de la humillación o del menosprecio; las categorías centrales de esta nueva visión ya no son la distribución equitativa o la igualdad de bienes, sino la dignidad y el respeto. En una perspicaz formulación que podría adquirir rápidamente un significado paradigmático, Nancy Fraser describe este proceso de cambio como una transición de la idea de la redistribution a la de la recognition: mientras el primer concepto va ligado a una idea de justicia que tiene como objetivo la creación de igualdad social a través de la redistribución de bienes que garantizan la libertad, el segundo concepto define las condiciones para una sociedad justa a través del objetivo del reconocimiento de la dignidad o la integridad individuales de todos sus miembros. Albert O. Hirschman tiene una idea similar cuando propone una diferenciación categorial que permite, en su opinión, caracterizar una tendencia central de la cultura política de nuestra época: los conflictos sociales de hoy adquieren de manera creciente el carácter de conflictos indivisibles, que, a diferencia de los conflictos divisibles, están relacionados con bienes cuyo carácter excluye una distribución según criterios de igualdad.
descargar fragmento (126 kb).
|
|
Jürgen HabermasEl derecho internacional en la transición hacia un escenario posnacional+ Europa: en defensa de una política exterior común (en colaboración con Jacques Derrida) |
|
Zygmunt BaumanArchipiélago de excepciones+ Comentarios de Giorgio Agamben y debate final |
|
John GrayTecnología, progreso y el impacto humano sobre la Tierra+ "Cualquier proyecto basado en la expectativa de alcanzar la armonía o el consenso es utópico" |